El 16 de octubre, parte del Equipo Base de la Marcha Mundial, acompañados por un grupo de ciudadanos pacifistas surcoreanos, se acercaron a la zona desmilitarizada de la frontera entre las dos Koreas, pidiendo para que en un futuro próximo desaparezcan las alambradas que impiden la libre circulación entre estos países hermanos separados por el enfrentamiento de los dos bloques militares preponderantes del siglo XX.